Lidero TechVantages y el proyecto NeoBizz, con un posicionamiento claro: conectar la estrategia corporativa con la ejecución digital y la adopción de inteligencia artificial. Mi propuesta de valor está en transformar visiones en resultados medibles, diseñando estrategias de transformación y acompañando a líderes en la adopción de nuevas capacidades digitales.
Un podcast de entrevistas y conversaciones con emprendedores, líderes y creadores que están transformando sus industrias y comunidades. El programa se sostiene en cuatro pilares: autenticidad, mostrando el lado real y desafiante del emprendimiento; innovación, impulsando el pensamiento no convencional; utilidad, ofreciendo herramientas aplicables; y diversidad, compartiendo historias de distintas culturas que amplían la visión global de los negocios.
En el ámbito de las inversiones, trabajo como gestor patrimonial con una mirada global y diversificada administrando carteras que combinan distintos tipos de activos para lograr una rentabilidad real y sostenida, aplicando disciplina en los ajustes, seguimiento constante y decisiones basadas en datos.
Mi sello profesional se basa en tres pilares: visión global, rigor técnico y sensibilidad humana. Creo firmemente que la verdadera transformación no ocurre solo con algoritmos, sino con propósito, empatía y método. Por eso, mi propósito es ayudar a las organizaciones a diseñar estrategias que no solo sean efectivas, sino también significativas: estrategias que conecten datos con decisiones, y decisiones con impacto real.
A lo largo de mi trayectoria he desarrollado una comprensión integral de los ecosistemas empresariales, combinando el análisis estratégico con la implementación práctica. Mi especialidad es construir puentes entre la visión y la acción, transformando la complejidad tecnológica en ventajas competitivas reales.
A lo largo de los años me he regalado el aprendizaje de crecer con mucha gente, probar nuevos sabores, conocer diversas culturas y disfrutar cada experiencia compartida. Viajar me ha permitido descubrir nuevas facetas de mí mismo, más allá de la zona de confort.
Viajo para encontrar lo desconocido, con confianza y apertura, siguiendo planes flexibles que dejan espacio a la sorpresa. Busco momentos que rompen la rutina y me acercan a lo extraordinario. En el camino, he aprendido lecciones profundas y acumulado un conocimiento invaluable sobre el mundo.
Estamos entrando en una era donde los límites entre la inversión financiera, la inteligencia artificial y la sostenibilidad se desdibujan.
Llamo a este fenómeno La Gran Convergencia: un punto de encuentro entre capital, información y valores humanos.
No se trata solo de rendimiento, sino de alinear el capital con la intención, de pasar del “qué invertir” al “por qué invertir”.
La nueva gestión patrimonial no solo busca diversificar riesgos, sino multiplicar sentido.
La inversión dejó de ser un acto puramente técnico.
Hoy, los controles regulatorios, climáticos y sociales no son barreras, sino nuevas métricas de valor.
La responsabilidad, la trazabilidad y la gobernanza se convierten en la base del nuevo retorno sostenible.
El inversor del siglo XXI ya no mide solo ganancias, sino consecuencias.
Y en esa transición, nace una nueva cultura: la del capital consciente.
La infraestructura —energética, digital, urbana y social— se ha convertido en la columna vertebral de la economía futura.
Desde la transición energética hasta los corredores logísticos y digitales, invertir en infraestructura es invertir en resiliencia.
Es la oportunidad de construir riqueza sostenible, conectar regiones y asegurar el bienestar de las próximas generaciones.
La década que viene será recordada por quienes supieron ver en el largo plazo la oportunidad de transformar el presente.